sábado, 28 de febrero de 2009

El Dormitorio de los Harford


"Él me miró cuando pasaba. Sólo una mirada. Nada más. Pero apenas pude moverme.
Esa tarde, Helena fue al cine con una amiga, y tú y yo hicimos el amor. E hicimos planes sobre nuestro futuro y hablamos sobre Helena.
... Y, sin embargo, en ningún momento, él no se apartó, ni por un instante, de mi mente.


... Y pensé que si él me quería, aunque sólo fuera por una noche, estaba dispuesta a perderlo todo. A ti. A Helena. Todo mi jodido futuro. Todo.
... Y era extraño, porque, al mismo tiempo, te quería más que nunca. En ese momento, mi amor por ti era tierno y triste.


... Apenas pude dormir esa noche y me desperté al día siguiente llena de pánico. No sabía si temía que él se hubiese marchado o que aún estuviese allí. Pero durante la cena, me di cuenta de que se había ido. Y me sentí aliviada..."

Alice (Nicole Kidman) se confiesa ante Bill (Tom Cruise), su marido, en "Eyes Wide Shut".

viernes, 27 de febrero de 2009

Stage Mother


Observando en las bambalinas, con el corazón en un puño. Allí está la stage mother.
La madre del artista, que lo empuja al estrellato, lo promociona y lo defiende con uñas y dientes, es una figura clásica del show-business.
Es un término peyorativo, colocado a muchos monstruos que venden la infancia de sus hijos a cambio de la gloria que ellos no pudieron tener.


Detrás de la carrera y el éxito de muchas personalidades de Hollywood, hay una madre ambiciosa, que actúa como representante, guardaespaldas, secretaria y chaperona.


La stage mother más célebre fue Mama Rose, la madre de Gypsy Rose Lee y June Havoc, que las lanzó desde niñas a los teatros de Broadway.
Rosalind Russell la inmortalizó en "Gypsy, reina del vaudeville" como una mujer ambiciosa, pesada e intolerante.


En Hollywood, todos temían a Lela, la madre de Ginger Rogers. Involucrada en el negocio del espectáculo, promocionó a su hija hasta convertirla en una estrella del musical.
Durante la "caza de brujas", la anticomunista Lela no dudó en recomendar a Ginger que empezara a dar nombres para la lista negra de McCarthy.
La relación de la fanática Lela y su obediente Ginger es una historia sencillamente fascinante.


Luchino Visconti quedó impactado al observar un casting de Cinecittá donde una caterva de mujeres exhibían sus hijas como ganado susceptible de ser elegido. Una de ellas gritó: "¡La mía es bellísima!".
Así, Visconti dirigió "Bellissima", el retrato más certero posible de la alegría y miserias de una stage mother, interpretada por esa fiera llamada Anna Magnani.


También hay padres en escena; el primero de todos fue nada menos que el padre de Mozart.
El terrible Joe Jackson martirizó a sus cinco hijos con palizas y ensayos, para crear así los Jackson Five.


La mejor representante actual de las stage mothers es, sin duda, la tremenda Dina Lohan, madre, mánager y portavoz de la impetuosa Lindsay Lohan.
Dina manda a su hija al sanatorio de rehabilitación con la misma tranquilidad que lo cuenta a la prensa al día siguiente.


Como suele suceder en la vida, la sombra de mamá es alargada; muchos de los artistas sólo se atreven a expresar gratitud - y nunca rencor - a sus padres.

lunes, 23 de febrero de 2009

El Cine es...


- My favorite thing.
- Luces y sombras del cinematógrafo de los Lumière.
- Imagen en movimiento, historias narradas en presente.
- El séptimo de los artes y el más costoso de realizar...


- ... por lo que debe convertirse en industria.
- Un espejo mágico que el mundo gusta de contemplar.


- Cuentos de amor y acción.
- Retratos de fascinación y erotismo.


- Obsesión de los solitarios.
- Maestría con claqueta.
- Palabras y tiempo.


- Celuloide.
- Proceso de producción audiovisual. Proyecto, rodaje, montaje y distribución.
- Templo del fetiche.
- Ideal para una primera cita.


- Hollywood, su emporio y centro de gravitación.
- Palomitas, butaca y emoción.


- Hipnosis en una sala oscura.
- El ojo de Anthony Perkins en "Psicosis".


- La televisión e Internet, sus adorables villanos.
- Desde la obra de arte venerable a la basura disfrutable.
- El invento del siglo XX.


- "Los sentimientos se cuentan en blanco y negro. Los sueños, en Technicolor".
- Bah, hay que volver a él y dejarse de tanta serie.

(Y, esta noche, como no podía ser de otra manera, te contamos todo lo mejor de los Oscars...)

domingo, 22 de febrero de 2009

Meryl


Si Meryl Streep ganara su tercer Oscar esta noche, quedaría aún más claro que la industria hace mucho tiempo que eligió a su actriz favorita.


Diva fin de siglo, prima donna del drama de los últimos tiempos, la imperial Meryl nunca ha sido una chica maja, pero ha sabido montárselo de la mejor manera con el público.
Como las grandes de verdad, la simpatía no es un requisito en el tocador dramático de la Streep.


El camaleonismo es la razón de ser de esta Streep. Así, puede interpretar a una madre de familia adicta al rafting con la misma energía y eficacia que incorpora a una refugiada polaca.


Le encantan los desafíos, se pirra cuando tiene la oportunidad de imitar acentos y adora subir la ceja y escrutar con la mirada.
Pero, sobre todo, emociona, emociona, a manos llenas y sin otro aspaviento que su personalidad. Nadie sale libre del poderío Streep.


Sus compañeras de generación la envidian. Porque siempre hay papeles para Meryl, sin importar la edad que tenga, y, para colmo, resulta una actriz taquillera.


Enamorando a Clint, confesando que un dingo ha matado a su bebé, añorando su granja en África, persiguiendo a Nicolas Cage en un pantano o márcandose un baile al ritmo de ABBA, hay mucha Meryl para recordar y disfrutar.


Dicen que su figura es incompatible con los juicios moderados. O se quiere a Meryl o se la detesta.
Nosotros, sin duda, la amamos.

viernes, 20 de febrero de 2009

Locos por el Oscar


"Oscar, tú y yo nos vamos a emborrachar esta noche", le decía Bette Davis a su dorada estatuilla en "La Estrella".
Sinónimo de la gloria absoluta casi desde su creación, el premio de la Academia de Hollywood es codiciado por todos los profesionales de la industria y vive en los sueños secretos de los que desean ser grandes.


La gala anual, el programa más visto de Estados Unidos, es una pasarela de lujo y sonrisas, que deslumbra y despierta envidias en el mundo entero.
Sin duda, el momento clave de la función corresponde a la apertura del sobre, seguida de las caras anhelantes de los nominados y la proclamación del vencedor. Éste acertará a dar las gracias y a nombrar compañeros, jefes, familiares y difuntos en su discurso.


La historia de los Oscars está llena de anécdotas, que Hollywood no duda en redifundir como otro acto más de su ilimitada vanidad. La india de Marlon Brando, el streaker o el ataque de emoción de Cuba Gooding, Jr. son algunos de los momentos preferidos.


También se han sucedido leyendas tales como la posible confusión de Jack Palance al anunciar que Marisa Tomei era la - inverosímil - ganadora del Oscar a la mejor actriz secundaria.


Los Oscars, como programa de televisión, es un producto de alto consumo, que no llega a satisfacer por completo - como cualquier ítem del mercado -, pero que otorga la sensación única de que se digiere lo genuino, la denominación de origen y la marca molona.
Por eso, todos eligen el Oscar, de la misma manera que se opta por la Coca-Cola y se pide la Barbie.


Más americanos que el chicle, los Oscars componen una gala frivolona, pero, en su esencia, resume la filosofía del éxito rápido que adoran en su país.


Es el premio a la competitividad, a la oportunidad, al derroche y, sobre todo, a las ansias de ganar.
Los actores y actrices se vuelven locos por el Oscar hasta el límite de la obsesión, aunque, como indicábamos hace varias semanas, no sea un refrendo seguro a sus carreras.
Pero subir al escenario y acariciar el dorado premio es, para ellos, la interpretación definitiva.


El talento es un aspecto valorable, pero nunca definitorio. Ron Howard pasando por encima de Robert Altman y David Lynch fue directamente una apología del descaro.


En cualquier caso, Penélope, Mickey, Brangelina, la Winslet, el fantasma de Heath Ledger y los niños de "Slumdog Millionaire" estarán el domingo con el corazón en un puño.
Y nosotros también, queriendo aprehender la estela de los elegidos a través de la simple contemplación.


Por cierto, premio para quien logre alguna copia de "The Oscar", melodrama camp de 1966, protagonizado por Stephen Boyd.

jueves, 19 de febrero de 2009

Blair Underwood


El eternamente guapo y talentoso Blair Underwood es todo un clásico de la televisión yanqui. Participar en una serie tan legendaria como "La Ley de Los Ángeles" lo consagraba a mediados de los ochenta como el Sidney Poitier de la pequeña pantalla.


Su interpretación del carismático abogado Jonathan Rollins suponía uno de los ingredientes imprescindibles de la serie y también la creación de una inevitable complicidad con la audiencia afroamericana.


El teatro y el cine tampoco se han perdido a este hombre de arollador sex-appeal e irresistible sonrisa. Pero es Catodia quien lo reclama una y otra vez.


Nosotros lo conocimos en "Sex and the City", como el Doctor Robert Leeds, el hombre perfecto que Miranda estaba esperando y con el que, sin embargo, no olvidará a su imperfecto, adorable Steve.


Se embarcó junto a Heather Locklear en la fracasada "LAX", intriga de aeropuertos, y fue un villanísimo multimillonario para la también malograda "Dirty Sexy Money", donde provocaba fiebre salvaje a Natalie Zea.


Pero la renovación por el culto a este negro de infarto ha sido privilegio de "In Treatment", interpretando a uno de los pacientes de la turbulenta consulta psicológica de Gabriel Byrne.


Blair Underwood es Alex, el expeditivo piloto militar, que usa su frío machismo y su insensibilizada personalidad como armas arrojadizas.
Junto a la fascinante Melissa George, compone una pareja de alto voltaje para esta aclamada serie de la siempre puntera HBO.


Este Underwood es la demostración de que hay hombres que lo tienen todo. Ahora sólo nos hace falta saber buscarlos.

lunes, 16 de febrero de 2009

La Aventura es...


- Desafío y peligros en espacios abiertos.
- Deporte de riesgo.
- Eufemismo para designar una relación amorosa un tanto ilícita.


- El título de la película clave de Michaelangelo Antonioni.
- Explorar el mundo.


- Escapar de la rutina.
- Volver a la Naturaleza.


- Como debería ser la vida.
- Sus protagonistas son conocidos como "intrépidos", "temerarios" o incluso "pícaros".
- Tesoros escondidos, civilizaciones perdidas.
- Gran favorita de los niños.


- Un exitoso género que abarca desde "Las Mil y Una Noches" hasta "Lost".
- En el Mississipi, con Huckleberry Finn.
- Los Mares del Sur.


- Viajes alrededor del Mundo, al centro de la Tierra o directos a la Luna.
- En la gran ciudad, con Elisabeth Shue.


- Asociada frecuentemente con el colonialismo, la arqueología, el ecologismo New Age y el exotismo.
- ¿Quién quiere vivir una conmigo?
- Bah, mejor con Maria.